Sardinas

Las sardinas son peces pequeños y grasos que pertenecen a la familia de los arenques. El nombre de sardinas procede de la isla de Cerdeña, en el mar Mediterráneo, donde antaño abundaban. La dieta mediterránea es conocida como una de las más saludables del mundo, y comer pescado azul, y por tanto también estos pescados, tiene mucho que ver con ello.

Las sardinas son fuentes muy ricas en ácidos grasos omega-3 de cadena larga (EPA y DHA), conocidos por sus numerosos beneficios para la salud. Según el tamaño y el tipo de sardina, la cantidad de omega-3 puede variar. Sin embargo, por término medio, ¡una ración de 100 gramos de sardinas contiene nada menos que aproximadamente 1,5 – 2,5 gramos de ácidos grasos omega-3! Estas grasas tienen un efecto antiinflamatorio extremadamente eficaz.

Beneficios adicionales para la salud:

1. Vitaminas y; minerales:

Las sardinas contienen minerales como calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio, sodio y zinc. Las vitaminas de las sardinas incluyen tiamina, riboflavina, vitamina B3, vitamina B6, ácido fólico, vitamina B12, vitamina A, vitamina D, vitamina E y vitamina K. ¡Las sardinas contienen más calcio, fósforo, potasio, vitamina B12 y vitamina D que otros tipos de pescado, como el salmón y el atún!

2. Ricas en selenio:

Este oligoelemento con una marcada función antioxidante merece una mención aparte. Muchos perros (y personas) tienen carencias de este elemento, aunque sólo lo necesitan en pequeñas cantidades. Las sardinas son una de sus mejores fuentes. Una cantidad suficiente de selenio en la dieta ayuda a reducir la inflamación, mejora el estado de ánimo e incluso puede reducir el riesgo de convulsiones.

3. Pocos metales pesados:

A menudo se dice que el pescado azul contiene muchos metales pesados y que, por lo tanto, los perros no deben consumirlo en exceso. Estos metales entran en el medio ambiente a través de la minería de metales, la producción de pinturas y la combustión de carbón y residuos. También se encuentran cada vez más dioxinas, PCB o residuos de pesticidas en ellos, lo que anularía los beneficios para la salud de comer pescado azul. Afortunadamente, las sardinas son una especie pequeña de pescado, lo que significa que la acumulación de metales pesados sigue siendo mínima. Las sardinas apenas sufren «bioacumulación», lo que significa que apenas almacenan toxinas en su tejido adiposo.

4. Ricas en proteínas:

Las sardinas contienen 24,6 g de proteínas por cada 100 g. Esto significa que con 1 lata de sardinas ya obtiene casi 1/3 de sus necesidades totales de proteínas al día. Además, las proteínas de las sardinas son extremadamente fáciles de digerir y se absorben con facilidad. Como ya sabrá, las proteínas son «los ladrillos de la vida». Un consumo demasiado escaso puede provocar una serie de problemas de salud.

5. Favorece la salud mental:

Hay estudios que demuestran que la terapia nutricional con pescado azul como las sardinas puede tener un efecto positivo directo en la salud cerebral. «Los peces pequeños construyen cerebros fuertes». El uso de aceite de sardina puede activar la corteza cerebral en el cerebro; la zona donde se localizan la memoria, la atención, la concentración, los pensamientos y el lenguaje. En animales mayores puede utilizarse de forma preventiva para dolencias cerebrales relacionadas con la edad, como la demencia.