Lucerna

La alfalfa, conocida científicamente como Medicago sativa, es una planta herbácea y también se conoce como «alfalfa». La alfalfa se cultiva en todo el mundo como forraje para el ganado por su rico valor nutritivo y su capacidad para fijar el nitrógeno del aire al suelo. Esta planta también es un complemento útil en la alimentación de los perros:

1. Rica en nutrientes:

La alfalfa es un cultivo nutritivo y contiene una amplia gama de nutrientes, como proteínas, fibra, vitaminas (A, B, C, E y K) y minerales (hierro, calcio, magnesio).

El magnesio interviene en la conversión de los alimentos en energía. Desempeña un papel crucial en la activación de las enzimas necesarias para la producción y el almacenamiento de energía en las células.

Una de las funciones más importantes del hierro en el organismo es el transporte de oxígeno. Es una parte esencial de la hemoglobina, la proteína de los glóbulos rojos que une y transporta el oxígeno desde los pulmones a los tejidos y órganos.

2. Fuente de proteínas:

La alfalfa es una buena fuente de proteínas vegetales. Las proteínas son los componentes básicos del organismo. Desempeñan un papel crucial en la construcción, el crecimiento y la reparación de tejidos como los músculos, los huesos, la piel, el pelaje, las uñas y los órganos internos. Además, las proteínas actúan como enzimas que catalizan las reacciones bioquímicas del organismo. Las enzimas intervienen en diversos procesos, como la digestión, el metabolismo y la producción de energía.

Además, algunas hormonas, que influyen en la regulación de diversas funciones corporales, se elaboran a partir de proteínas.

3. Contenido en fibra:

La combinación de fibras solubles e insolubles de la alfalfa contribuye a una función intestinal saludable, a la regulación de los movimientos intestinales y al mantenimiento de una flora intestinal equilibrada. Es importante incluir alimentos ricos en fibra en la dieta del perro para favorecer la digestión y, por ejemplo, evitar las heces duras.

4. Antioxidantes:

La alfalfa contiene antioxidantes naturales como las vitaminas C y E, que, entre otras cosas, ayudan a neutralizar los radicales libres del organismo.

La vitamina E es un nutriente esencial para los perros, lo que significa que el organismo de un perro no puede producir esta vitamina por sí mismo y debe proceder de su dieta.

Además, la vitamina E interviene en el desarrollo y mantenimiento de los músculos. Puede ayudar a reducir la rigidez muscular y mejorar la función muscular en general. En épocas de estrés, enfermedad o recuperación de una lesión, puede aumentar la necesidad de vitamina C.

5. Minerales para la salud ósea:

La alfalfa es una fuente de minerales como el calcio y el magnesio, esenciales para la salud ósea y dental. Estos minerales contribuyen a mantener un esqueleto fuerte en los perros.